miércoles, 25 de mayo de 2011

Marea franquirroja en Vallecas

El Rayo Vallecano celebra, junto a miles de aficionados, su ascenso definitivo a Primera

Nada más acabar el partido, la gente se contaba por miles en los aledaños del estadio de Vallecas, donde los aficionados esperaban ansiosos la salida de los jugadores entre cánticos y aplausos, ya que, después de ocho años, el Rayo Vallecano podrá volver a disputar partidos en primera división.
Media hora después de acabar el encuentro, los jugadores salían de los vestuarios, aclamados con los gritos que seguían coreando los 12.000 aficionados que se habían dado cita más de dos horas antes.
A pesar de que todavía no se conoce la resolución ante el recurso que presentó el Granda ante el CEDD por el partido disputado contra el Barça B, la victoria en este partido colocaba a los vallecanos matemáticamente en Primera.
El autobús partió de uno de los laterales del estadio, la calle Payaso Fofó, con todos los jugadores entonando los cánticos de los aficionados. A baja velocidad, y escoltado por varios furgones de policia, y algunas ambulancias, el autobús de la celebración recorría el camino que lo separaba de la fuente de la Asamblea de Vallecas, lugar tradicional del Rayo, que ya en 2008, celebraba su ascenso a la división de plata.

Ahora, tres años después, sobre la calle Candilejas, todos los aficionados, grandes, pequeños, y hasta bebés vestidos con la equipación del Rayo Vallecano, veían como su equipo llegaba hasta la fuente de la Asamblea, donde muchos ya les esperaban con gritos del tipo "El Rayo es de primera", "Sí se pudo" o "Porque sin ti Rayo, la vida no sería igual".
La fuente se encontraba vallada, lo que impidió que muchos rayistas pudieran realizar el tradicional baño de celebración. Pero esto no evitó que jugadores, equipo técnico, y hasta el recién estrenado presidente, Raúl Martín Presa, se subieran en ella, ondeando las banderas que previamente habían presenciado los tres goles del equipo contra el Xerez.
Los jugadores, haciendo uso de los megáfonos que portaban, daban gracias a la afición, una afición que disfrutó durante media hora de las felicitaciones que unos a otros se dedicaban. 

Pero lejos de que la fiesta acabara en la Asamblea, los jugadores, junto con parte de la afición que allí se congregaba, volvió al estadio de Vallecas, donde las mangeras de agua, la sidra, los aplausos y las canciones como: "Mourinho, Guardiola, el Rayo si que mola", sentenciaban una fiesta soñada por los miles de aficionados.
Tras ello, los jugadores se reunían con las familias, para festejar, esta vez de manera privada, celebraron, este ascenso "dedicado a toda la afición".